Blooming goleó a Guabirá (3-0) jugando a media máquina, porque al rojo le faltó actitud y apenas resistió los primeros 15 minutos. Futbolísticamente fue un partido de bajo nivel técnico y de escasa emoción, que se inclinó al final a favor del equipo celeste, por su experiencia y la efectividad de sus delanteros.
Guabirá comenzó con entusiasmo y dando pelea, pero sin peso ofensivo. Con Martín Menacho de entrada en el ataque, el cuadro azucarero se mostró agresivo pero haciendo poco daño, en una noche sin sobresaltos para el arquero José Carlo Fernández, que fue un espectador más. El primer tanto de Blooming llegó casi por casualidad, tras un remate desde fuera del área grande de Joselito Vaca y que desvió oportunamente Hernán Boyero, en el minuto 16. Ese gol dio la tranquilidad al conjunto académico, mientras Guabirá buscaba afanosamente el empate, incluso con tres atacantes. La única opción clara de gol que tuvo Guabirá en todo el partido la desaprovechó Olvis Justiniano, en el minuto 35. El defensor tardó mucho en reaccionar cuando quedó dando bote el balón de frente al arco, pero el argentino Javier López logró meter la pierna para desviar al córner.
En el segundo tiempo, Guabirá, sin Menacho, que fue reemplazado por el juvenil Ricardo Bejarano. Blooming se encontró rápidamente con el 2-0 tras un pelotazo de Gómez al vacío para Luis Carlos Vieira. El brasileño hizo un globito ante la salida indecisa del arquero Carlos Lampe y amplió la cuenta. Ese gol consolidaba el camino de la victoria, pero faltaba un gol más. Carlos Saucedo, que había ingresado en la parte final del partido, puso su sello efectivo con un remate cruzado, a dos minutos del final.
Guabirá hizo poco para merecer por lo menos el ansiado gol del honor. El equipo azucarero mostró entusiasmo, pero sin efectividad. Sebastián Molina y Gabriel Ríos estuvieron incisivos, por la velocidad de ambos, pero lejos del área; igual que nada. El único que inquietaba desde lejos con remates fuertes era Eduardo Castedo, que ingresó por Angola en el segundo tiempo. El rojo tenía en el equipo mucha gente joven y ese factor fue determinante para que Blooming gane un partido que lo ubica más puntero que nunca en el grupo A.
Guabirá venía golpeado anímicamente y aún lo está, porque hace mucho que no gana. El descenso prematuro lo tiene bajoneado y eso es evidente.
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