Es cierto que Blooming jugó de visitante y en el estadio Víctor Agustín Ugarte, que con sus 3.800 metros sobre el nivel del mar es el que está a mayor altura del país. Pero también es cierto que la academia celeste era favorita para conseguir un resultado positivo frente a Nacional Potosí, que es el benjamín de la Liga y uno de los que menos refuerzos de renombre contrató. Por este motivo, los hinchas potosinos hablaban en la previa de un partido fácil para el visitante, que no fue así porque el local sorprendió y terminó ganando por 2-0, demostrando que los nombres no juegan y que en cancha son once contra once.
De entrada los celestes no hicieron pie, con una defensa mal parada y con los volantes de marca que no cumplían su papel de destruir juego. Ante estas ventajas, los dirigidos por Víctor Hugo Andrada ganaron confianza y comenzaron a tomar el control del partido. Ya a los dos minutos el árbitro Marcelo Ortubé anuló un tanto de cabeza a José Loayza, por falta a Sergio Jáuregui.
Nacional siguió apretando al visitante hasta que Cristian Reynaldo, que llegó hace una semana a Potosí sin hacer ruido, apareció para marcar dos goles en cuatro minutos. En el primero, que fue a los 30’, el atacante aprovechó un rebote que dio el portero celeste Andrés Jemio, para mandarla adentro. En la jugada previa, el remate potente fue de Gustavo Paz. En el segundo tanto (33’), Reynaldo prácticamente fusiló a Jemio, luego de un pase en el área de Paz.
Como dato está el hecho que en la primera etapa los académicos no tuvieron ninguna opción de gol. Hernán Boyero y Eduardo Fierro estuvieron muy estáticos en el ataque, y Adriano Pimenta, el llamado a apoyarlos, casi no gravitó.
En el segundo tiempo Blooming mejoró con el ingreso de Luis Carlos Vieira, que gozó de tres oportunidades de gol, y Pimenta falló una. En esta etapa, ambos equipos sufrieron de a una baja a los 63 minutos, por las expulsiones de Jaime Robles y Gustavo Paz.
En los últimos 15 minutos, Blooming se quedó sin piernas por el cansancio, y Nacional retomó el control del partido; sin embargo, el resultado no se movería.
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