El gol del cordobés Hernán Boyero sólo fue un espejismo porque fue eso y nada más en el partido. Parecía que Blooming se encaminaba a una fácil victoria a partir de ese tanto de cabeza en el minuto 13 tras centro de Limberg Gutiérrez, pero se quedó, dejó que reacionara el dueño de casa, y cuando quiso retomar el ritmo ya era demasiado tarde.
El oportunismo de Pedriel dio el primer aviso a los 22 minutos, en una de las tantas distracciones defensivas del equipo celeste que terminó en el empate de Wilstermann. El 2-1 a través del mismo Pedriel, cuando el local ya jugaba con un hombre menos por la injustificada expulsión de Nelson Sossa, llegó en el minuto 41, justo cuando parecía sellado el empate parcial.
Tras el descanso, Wilstermann arriesgó más que Blooming porque poco o nada tenía que perder. Los aviadores se habían olvidado de ganar en este hexagonal y en el encuentro de ayer era la oportunidad de saldar cuenta con su hinchada. Y así fue. Pedriel, la figura del partido, volvió a aparecer en el área grande de Blooming para liquidar el pleito, con el arquero Ruth abandonado y Omar Morales mal ubicado casi metido en su propio arco. Se jugaba el minuto 23 de la etapa complementaria y prácticamente todo estab escrito, porque Blooming no hacía pie, llegaba poco o nada al arco de Galarza, y encima los dos cambios que hizo Quinteros tampoco le dieron la solución.
Era el partido que estaba obligado a ganar Blooming para mantener viva la esperanza de dar pelea a los de arriba, pero echó a perder una clara oportunidad. Wilstermann venía de una seguidilla de derrotas pero estuvo más concentrado y, a la hora de aprovechar las oportunidades de gol, no las desperdició. Las matemáticas todavía le asignan una pequeña chance a la academia, pero no depende de sí sola.
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