El conjunto de Trinidad va camino a hacer historia, porque no sólo se conforma con haberse salvado del descenso, que era su principal objetivo este año, ni con haber obtenido la clasificación a la ronda final; sino que ahora quiere luchar por el título, y está en condiciones, pues cumplidas las primeras tres fechas se mantiene invicto.
En un difícil choque, en su primera aparición como local en el hexagonal, tuvo un primer tiempo magnífico, que fue determinante para que consiguiera la victoria ante el difícil conjunto “Santo”.
El “turbión beniano” —así le llaman al equipo de la capital beniana— entró a la cancha decidido a barrer con el adversario, envalentonado por los dos puntos que consiguió como visitante y por el apoyo que le brindó su público, que en gran número acudió al estadio Gran Mamoré.
De la mano de Julio César Cortez llevó cargas de peligro sobre el arco visitante, y a los 11 minutos se puso en ventaja, merced a la aparición del goleador Juan Maraude, quien puso de pie a la afición trinitaria.
Tras esa anotación siguió presionando, no dejó reaccionar a San José, y a los 24 minutos Jorge Bruno convirtió el segundo.
El “Santo”, merced a la tarea de sus hombres de experiencia, tomó el control del partido y llevó cargas de riesgo hasta el arco de Lanz, al que Alex da Rosa venció a los 38 minutos en una jugada confusa en la que pareció que el último en tocar el esférico fue Saucedo.
Pero la alegría orureña por ese tanto duró poco, pues un minuto después, de nuevo Maraude convirtió el tercero del cuadro local.
En el segundo tiempo, San José se apoyó de nuevo en el mayor oficio y experiencia, sobre todo de Coelho, Da Rosa y de Moyano, quien ingresó para intentar aportar en la ofensiva.
La insistencia de San José dio sus frutos a los 28 minutos, a través de Alex da Rosa, lo que puso dramatismo a la recta final del compromiso.
El propio Alex estuvo a punto de darle el empate al conjunto “Santo”, pero no estuvo acertado en la definición, y al final Real Mamoré celebró un triunfo que hace soñar a los trinitarios, y deja sentado que el conjunto beniano se las trae de verdad.
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