Más que un logro, la apabullante goleada (8-0) que Real Potosí infringió ayer a Real Mamoré tiene tintes de abuso. En realidad, el equipo potosino no tuvo rival al frente así que, sin mostrar misericordia alguna, aplicó una paliza de antología, tanto que, hasta ahora, es el marcador con mayor diferencia del torneo Apertura de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano.
Luis Hernán Sillero anotó en tres ocasiones para los lilas (49', 71', 79'), Álvaro Pintos en otras tres (7', 36', 79'), Ronald Gallegos marcó uno (64') y, para rematar la tragedia beniana, Adhemar Arias anotó en su propia portería (90').
El plantel local jugó a gusto y sabor. De principio, fue el que buscó el arco defendido por William Portillo con balones en profundidad y en una tarde inspirada de Miguel Loayza que fue otra vez el conductor de su equipo y justificó con solvencia su convocatoria a la selección, además de Sillero y Pintos que nuevamente se reencontraron con la redes. Tan anodino fue Mamoré que Hugo Suárez fue otro espectador más.
Los visitantes se metieron en su defensa y sólo fue Arguello el que intentó poner orden en su equipo pero su cometido no dio frutos por que los locales se aplicaron en la marca y fueron muy generosos en los balones a profundidad.
El primero de la tarde llegó de balón detenido. Loayza sacó un centro de tiro libre y encontró la cabeza de Pintos a los 7 minutos de iniciado el partido.
Luego de ese gol, el fútbol de Real Potosí careció de profundidad aunque persistió el dominio pero sólo en el medio sector.
Cuando se jugaban 37 minutos, nuevamente aparece Loayza y con un pase magistral a la espalda de Arias permite que Pintos escriba otra vez su nombre en planillas para el segundo de Real.
Antes que termine el primer tiempo, Candia y Jiménez malograron dos opciones claras par aumentar las cifras.
En el complemento, en la mejor jugada de la tarde, Loayza deja en el camino a cuatro zagueros y, cuando trataba de eludir al golero, este lo traba y Marcelo Ortubé cobra penal que es convertido por Sillero.
A los 64 minutos, Candia saca un furibundo remate de tiro libre que no puede detener Portillo y Gallegos decreta el cuarto de rebote.
A los 71', Sillero conecta de cabeza un tiro de esquina para el sexto gol de la jornada y el mismo jugador, ante un pase de Correa, se encargaría de colocar el 7-0.
Cuando el partido llegaba a su epílogo, Arias, en su afán de despejar, introduce el balón en su propio arco a los 90 minutos con lo que terminaría la masacre.
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