martes, 22 de octubre de 2013

Video Grupo A Aurora 2 - Universitario 1 por la Fecha 12 del Clausura 2007

Se jugaban los 15 minutos del primer tiempo y Ronald Gallegos, con un derechazo alto, enmudecía las tres tribunas (preferencia, general y curva sud), que fueron habilitadas para el partido entre Aurora y Universitario, porque el balón como un misil fue a parar dentro del arco del portero "celeste" Max Rougcher.

El silencio hacía presa por algunos minutos del estadio Félix Capriles, porque desde el terreno de juego sólo se escuchaba el festejo de los chuquisaqueños, las congratulaciones a Gallegos por haber inaugurado el marcador.

El 0-1 dejaba sin vida a un Aurora que tenía todo claro, sabía que el único camino que le quedaba para continuar en la Liga era ganar. No había otra razón o excusa, por eso el silencio profundo. Muchos hinchas se llevaban las manos a la cabeza, no podían creer lo que estaba aconteciendo, su equipo estaba abajo, y más cuando se conocía que en Santa Cruz, el rival directo en la lucha por la permanencia, Destroyers estaba empatando.

La reacción de la hinchada del "Equipo del Pueblo", en el sector de preferencia, fue para insultar a todos quienes vestían de celeste, nadie se salvó de un grito…, de un proyectil o de un silbido.

Pasaban los minutos y el nerviosismo en las tribunas comenzaba a consumirlos, más cuando Joaquín Antequera, árbitro del partido, pitaba el final de los primeros 45 minutos.

"Que salga Fernández…boludo de mierda…estás ciego o no sabes", eran las frases de un grupo de hinchas que enardecidos se acercaron hasta las mallas de la preferencia y curva sud, para lanzar proyectiles y agresiones verbales a los jugadores cuando éstos se dirigían al camarín.

Una vez adentro, alguno que otro jugador tenía humedecido el rostro, había mucha impotencia, el ambiente en el camarín no era de los mejores, se respiraba amargura, desazón y hasta bronca, porque algunos hinchas desde un espacio de la curva le gritaban amenazantes.

Pasaron los 15 minutos que el reglamento indica para el descanso y como arte de magia, los jugadores cambiaron, salieron gritando "¡Vamos…vamos…vamos a ganar este partido carajo!… Más atrás un hincha le decía a Gómez y a Nery, "ustedes tienen que hacer el partido", el apoyo moral se reflejaba en la mirada de "ojo de tigre" de cada uno de los jugadores, que minutos antes habían entrado insultados.

Pero no sólo cambió el ambiente en los jugadores, sino que las tribunas también pusieron su cuota parte. Era increíble cómo el hincha había cambiado, se había dado cuenta de que los gritos no harían otra cosa que perjudicar, por eso, tras el ingreso de la armada "celeste", se escucharon petardos y aplausos, en la ilusión de que el segundo tiempo iba a ser diferente, más con el ingreso del "Palomo", quien terminaría de cambiar la historia. Y la verdad, que no estuvieron equivocados, porque por una infracción sobre el argentino, el árbitro cobró la pena máxima que Edson Zenteno transformó en gol.

Las más de siete mil personas hicieron estallar el Félix Capriles, porque el partido pasaba a otro capítulo, los protagonistas eran otros, y Danilo y Rondy, dos niños que hasta ese instante mantenían húmedos sus ojos de llanto, miraban con algarabía el cambio de una historia que comenzaba a escribirse de otra manera. No habían pasado ni dos minutos cuando el "Palomo" Gómez pintaba de celeste el cielo, ponía a Aurora en el pedestal, porque de ir perdiendo 0-1, y prácticamente condenado al descenso directo, ganaba un partido que parecía que tenía sello de infierno.

La fiesta en grande había comenzado, más cuando Antequera pitó el final, en ese instante hubo abrazos, llantos, gritos, euforia y un montón de cosas, como la caminata de rodillas del mediocampista Richard Rojas alrededor del gramado, como pago a una promesa.
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