lunes, 6 de enero de 2014

Video Serie A: Guabira 1 - Real Mamore 3 por la Cuarta Fecha del Clausura 2008


No va más. Marcelo Ortubé, el árbitro que dirigía el partido Guabirá-Real Mamoré, levantó los brazos, y ante la sorpresa de los muchos hinchas apostados en la ‘Caldera’ de Montero, decretó la suspensión del partido. El ambiente estaba tenso, pues los ánimos se enardecieron cuando los trinitarios concretaron el letal 3-1, que mató cualquier ilusión de remontar el partido y de seguir en la Liga, pero no había vuelta. Ortubé lo había advertido pocos minutos antes, pero los petardos seguían tronando sobre la cabeza de Pedro Higa y en la tribuna comenzó a haber grescas.


Nadie se imaginaba un desenlace así cuando a los 20 segundos de iniciado el juego Guabirá se puso en ventaja con autogol de Bazán, tras centro de Dimas. Después de ese gol, el local pudo aumentar, pero el mismo Dimas falló dos claras chances. A partir de ahí, vino el desconcierto. A ‘Cochi’ Justiniano le costaba afianzarse (las pelotas le rebotaban y se le hacía difícil llegar a marcar al rival) y, como poco después igualó Mamoré a través de Paredes, los silbos, abucheos e insultos de grueso calibre lo comenzaron a sofocar y el equipo empezó a desintegrarse.
Y si primero estuvo en la mira Justiniano, luego le siguieron Escalante, Zapata y el paraguayo Cardozo. “Piratas”. “Váyanse por favor”. “No sienten la camiseta, por eso estamos así”. Las frases duras iban y venían hasta que Uriona, en el complemento, puso el 2-1. La mecha estaba encendida y explotó cuando vinieron los últimos dos cambios del local: Olvis entró por 'Cochi' (el público aplaudió) y Menacho ingresó por Dimas. “¡Por Dimas nooo!” vociferó casi a coro el público que se las agarró con el entrenador, incluso golpeando el alambrado que divide la casamata de las tribunas.


No había vuelta, comenzaron los petardos y las peleas entre hinchas, y para enterarla, otra vez Paredes venció a Padilla y puso el definitivo 3-1. Los petardos ya no cesaron, y aunque Ortubé en primera instancia paró a los 72’ el partido, tres minutos después optó por suspenderlo definitivamente a causa de los estallidos dirigidos a los jugadores. Los hinchas aplaudieron la decisión y también a los benianos por la producción futbolística (gran trabajo de Argüello y Uriona). “Yo pongo la cara, pero asumamos todos nuestra responsabilidad”, alcanzó a decir Jiménez rodeado por los medios que lo asediaron tras la suspensión, que por cierto no fue por invasión, sino porque no se podía jugar por los petardos.
La Policía se mantuvo serena y lo que primero cuidó fue que no ingresaran a la cancha, pese a que los iracundos de la curva naciente intentaron forzar la reja. Los dispersaron de inmediato y el problema se trasladó después fuera del estadio, aunque previo a ello el equipo rojo se introdujo en el camarín, cabizbajo y resignado a bajar de división. Esta vez, se murió hasta la esperanza que los mantenía de pie.
Debido a la falta de seguridad, la comisión técnica de la Liga decidió dar por concluido el partido entre Guabirá y Real Mamoré, que fue suspendido al minuto 76’.

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