jueves, 26 de septiembre de 2013

Video Guabira 0 - Bolivar 2 Novena Fecha del Apertura 2008


Otra tarde gris en Montero. Es que la derrota de ayer dolió mucho, quizá más que en las dos ocasiones anteriores (The Strongest y La Paz F.C.) cuando el rojo también se vino abajo jugando en casa. El 2-0 que le propinó Bolívar fue nefasto para Guabirá, que volvió a mostrar sus limitaciones para al final quedarse hundido en la tabla de posiciones y por poco se queda sin técnico, ya que Ricardo Lunari renunció en caliente; sin embargo la dirigencia afirmó que hoy se analizará su situación.
El DT azucarero tiró la toalla y dejó la posta a otro, la misma que él había tomado el 20 de marzo (un mes exacto), cuando Tucho Antelo renunció tras perder ante Real Mamoré en Trinidad.
Lunari fue claro al señalar que el prestigio que tiene ganado en el fútbol no le permite tener que soportar a que gente sin ningún tipo de criterio en este deporte lo insulte como sucedió ayer.
Sobre el partido, nada que hacer si en cancha la diferencia la marca un goleador como Botero que, en las dos ocasiones que tuvo, liquidó el pleito. Nefasta tarde, de paso, para el meta Carlos Lampe, a quien Botero encontró salido en el primer gol (53’) y luego aprovechó su desesperación cuando éste fue a buscar el cabezazo en un tiro de esquina y al contragolpe, el ‘Camello’ remató con arco vacío (90').
Lo que sucedió en el partido se graficó en ese instante, porque Lampe, tras el gol, miró hacia el banco y dio la impresión de que se salía, de que no veía la hora porque el martirio acabara. Qué decepción de equipo, porque, salvando a Dimas y Molina, éste último mientras estuvo en cancha, el resto no existió. Y mucho peor los cambios porque Yimi Vaca y el colombiano Agudelo rayaron en lo verdaderamente decepcionante.
Una de más, el toque cortito en vez del cambio de frente, el equipo metido atrás temeroso del rival, llevaron a Guabirá a la derrota. Bolívar, en cambio, se paró bien, tuvo en el rubio Martínez a su principal hombre en la zaga, que fue bien secundado por Tordoya. En la primera etapa el lado flaco del local era el lateral izquierdo y Habegger intentó explotar ese carril sacando a Fioretto e introduciendo a Reyes.
La apuesta de la visita era clara, jugar a la ofensiva desde el momento en que se dio cuenta de la fragilidad de Guabirá. En el partido el único lugar por donde salía el local era a través de Sejas, pero al 8 le faltó el centro, porque en diagonal y en desbordes, casi siempre ganó. De media cancha hacia atrás, los rojos eran un flan; ni Melgar, ni Justiniano ni Cazagrande ‘mordían’ para evitar el control celeste.
En el complemento la figura no varió; y más allá de las escapadas de Dimas y el empuje de Coimbra bajando hasta el medio en procura de pelotas, Guabirá no fue más y acabó diluyéndose, sobre todo desde que Molina (62') se tuvo que ir a las duchas por una falta infantil. El fantasma del descenso tiene enjaulado a Guabirá que vuelve a perder puntos de local y, lo que es peor, hasta ahora no logra encontrar un mecanismo de juego.
El reclamo airado de Lunari al árbitro tras el final no era más que producto de la impotencia, porque mientras él increpaba al juez, los de Bolívar se iban felices al camarín y a continuar la fiesta en el matrimonio de Carlos Arias, cuyo altar lo esperaba más allá de Montero, en su natal Portachuelo.


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