La algarabía, tras la resonante victoria de anoche ante un abarrotado Tahuichi, era de esperarse. Blooming, levantándose a tiempo, pese a los golpes que le asestó su rival, logró salir airoso luego superar por 4-3 a Oriente Petrolero, en un clásico que quedará en un lugar especial por la cantidad de goles que se marcaron. La merecida victoria le permite a los celestes escalar posiciones, además que le abre un mejor panorama de cara al resto de los partidos del campeonato.
La diferencia se la marcó en una frenética primera etapa. Eso sí, fue Oriente el que comenzó ganando luego de un derechazo de Andrés Jiménez (6’) que encontró mal parado a Jorge Ruth. En esos primeros minutos los albiverdes se habían mostrado más prolijos con Saucedo, Aguirre y Peña como principales protagonistas. Blooming no salía de su asombro porque en la previa llegaba mejor por las bajas de consideración (Campos, Luis y Limberg Gutiérrez y Alexandre) que habían en la vereda de enfrente.
Pero era un clásico y así lo entendieron los de Quinteros que se sacudieron. Tras una falta infantil cerca del área de Galarza, la pelota la acomodó Mojica. El volante midió y un sacó un zapatazo (13’) inatajable para el ‘Mono’. El partido se puso 1-1, pero había más, mucho más en un partido que prometía. Al minuto de ese gol, Oriente se fue a la contra y, tras gran habilitación a Maraude, el argentino definió cruzado y volvió a poner arriba a los albiverdes. Era una noche de sorpresas y la tribuna verde enloquecía. ¿Partido acabado? Para nada, lo mejor estaba por venir.
Con Blooming lanzado en avalancha en procura de la igualdad, Oriente decidió esperar la contra. Pero le fue mal, porque la pésima marca de Grabowski y Almirón le permitió a Schiapparelli (17’) volver a igualar (2-2). Hasta ahí la gente ya estaba bien pagada, pero ambos querían seguir aprovechando las grandes deficiencias que se mostraban en las últimas líneas. Ese golpe sí que lo sintió Oriente, porque bajó de ritmo y comenzó a perder pelotas fáciles, sobre todo en el medio sector. Esto permitió que el 3-2, a favor de la academia, no tardara en llegar.
Anderson se disfrazó de armador, aguantó la presión de Almirón y, tras lograr darse la vuelta, le envió un perfecto pase a Mojica (21’) que entró por derecha y fusiló al meta Galarza que nada tuvo que hacer. Y cinco minutos después le puso la frutilla a la torta con un taquito de primera del mismo Anderson (26’) que sorprendió para el 4-2. En menos de media hora se había marcado seis goles. A partir de ahí y hasta el final del primer tiempo ambos regularon esfuerzos.
En el complemento los de Ferreira estaban obligados a jugársela y estuvieron a punto cuando Maraude (47’) hizo resurgir las esperanza acortando distancias (4-3). Pero la expulsión de Melgar (62’) dejó un gran vacío difícil de llenar. Pese a ello insistieron, pero pesó el oficio de Blooming para aguantar atrás.
Desde los 70, Oriente se la jugó con Robson, pero fue poco el aporte del brasileño porque no había peso para remontar. El 4-3 no se movió y Blooming fue puro fiesta.
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